miércoles, 25 de marzo de 2009

Quantum of Solace

La última aventura del agente Bond, James Bond (no he podido contenerme) he de decir que como entretenimiento no está nada mal, perder dos horitas y sumergirse en las aventuras con el prota, viene muy bien para desconectarnos del stress, de la crisis y de todos los problemillas que nos rodean.

Lo que queda evidente, es que cada nuevo fichaje (actoral) para la saga, viene acompañado de una reinvención y un nuevo aire. Queda claro que las películas interpretadas por Sean Connery impusieron las bases narrativas, y esto se sigue repitiendo hoy día, pero en las secuelas de Bond, interpretado por Daniel Craig, el estilo ha cambiado, y por supuesto queda más que claro que han copiado, a la impuesta por Paul Greengrass en la saga Jason Bourne. Partiendo de esto, las líneas que definen a ambos personajes y, sobre todo, el cómo nos lo cuentan queda diluido en una misma materia, provocando que olvidemos si estamos en una peli de Bond o Bourne. Y es que si cambiamos a Bond por Bourne, nadie se quejaría al respecto.

Por lo pronto, os recomendaría visionar “Casino Royal” antes de ver “Quantum of Solace”, ya que esta parte donde terminó aquella, y algunos elementos de “Casino Royal” que se dejaban sin atar, aquí van tomando color. La elegancia, la definición de los elementos característicos de Bond y la estética vista en “Casino Royal”, son evaporadas en “QoS”, de ahí que pueda decaer para los fans de Bond esta última propuesta.

No sé decir si Marc Forster ha hecho un buen trabajo o se ha quedado a medias, tal vez sea porque el proyecto le ha quedado grande, acostumbrado a películas menos aparatosas. Es cierto que nos brinda buenas secuencias y saca jugo a sus actores, menos a la chica Bond, ese palo llamado Olga Kurylenko que no vale ni “pa estar escondía”. También hay que agradecer a Forster el hecho de hacer que “QoS” sea más visceral que todas las anteriores.

Lo que no perdono es el montaje tosco en las secuencias de acción, donde provoca que perdamos el norte y nos entre un mareo del copón, es cierto y reconozco que Greengrass también mareaba, y la opinión se dividía en dos bandos, aquí solo puede haber uno (como en “Los inmortales”) el bando de “no veo un caraj… Steve Wonder a mi lado es una gacela” y es que tanto Forster como sus montadores (Matt Chesse y Richard Pearson) se tuvieron que tomar veinte cafés cada uno antes de ponerse a montar, no es lógico el no aprovechar mejor las secuencias filmadas de acción, y es que Dan Bradley (director de la segunda unidad, y que en su currículum presume de filmar las escenas de acción de la ultima de Indiana Jones, Spiderman 3 y de las dos últimas pelis de Jason Bourne ¿coincidencia? No lo creo…) trabajó duro durante 6 meses para coordinar y plantear las secuencias de acción, lástima que se pierda parte de ella.

En lo actoral, mención especial para Judi Dench, que demuestra que se siente como pez en el agua con su personaje de “M”, y disfruta con él, también deslumbra un Giancarlo Giannini, que no se esfuerza mucho para tener que transmitir algún sentimiento. De Daniel Craig se ha dicho de todo, yo solo diré, que para mí sigue siendo mejor Sean Connery como Bond, y que Craig no llega a su altura (tampoco lo busca, y eso es un punto para Craig) para mi le falta un poco de elegancia personal al personaje de Craig, pero bueno solo es mi opinión. De Olga… mmm… ¡a la horca! Por dios bendito. Curioso ver pasear y codearse con Bond a Fernando Guillen Cuervo, personaje que no hace mucho ruido, pero que demuestra cada vez más que la industria extranjera sabe que aquí hay vida actoral y de la buena. De Jeffrey Wright decir que pone la misma cara sea el papel que sea, y si no, ver “QoS” y luego ver “Syriana”. Y el villano, pues uno más para la saga, Mathieu Amalric ni fu ni fa, aunque le ha faltado algo más de presencia.

Lo mejor de la peli: el vehículo de entretenimiento que es, la música de David Arnold, aunque no se supera con respecto a su “Casino Royal”, por cierto fanáticos sonoros ¿no os parece que algunos temas se asemejan a la partitura de “El tesoro de la Amazona” de Harry Gregson Williams, y que ese tema que suena en los créditos finales recuerda algo a John Powell? ¿Será que este último y Arnold intercambiarán ideas o estilos en Úbeda y ahora florecen? Otro punto son las referencias a la saga, la más clara la mujer cubierta de petróleo que recuerda a la bañada en oro en Goldfinger, lo que mueve el personaje de Olga Kurylenko, es el mismo de Melina de “Solo para tus ojos”. Y la misteriosa “organización” a la que se tiene (y tendrá) que enfrentar Bond, nos recuerda a la más famosa de la saga “Spectra”.

Hasta aquí, tengo cuerda para rato, pero no es plan de aburrir. Peli que cojea en algunos momentos, como también tiene otros que son brillantes, la acción bien repartida para no decaer, planos indiscutiblemente bellos y Bourne, Jason Bourne como delicatesen.


viernes, 13 de marzo de 2009

300

Con “Watchmen” en nuestras carteleras, que mejor momento para recordar la anterior película de Snyder, “300”.
La renovación de un género

El ejército de Persia, una fuerza tan imponente que la tierra tiembla a su paso, se dispone a aplastar Grecia, una isla de razón y libertad en un mar de barbarie y tiranía.
Entre Grecia y esta oleada de destrucción se interpone un pequeño grupo de trescientos guerreros.
Pero esos guerreros son más que hombres… Son ESPARTANOS.

Esta es la sinopsis que podemos leer en la contraportada de la novela grafica, “300”, de Fran Miller. Dejando muy claro lo que podemos encontrar en su interior. Y aquellos que la hayan leído, sabrán lo que encontraran en “300”, la película.

El director Zack Snyder ha llevado esta epopeya al campo cinematográfico. El resultado ha sido aprobado por la gran mayoría de los espectadores, en el cual me incluyo. Aunque no es una proeza lo que ha hecho, ya que Rodríguez se le adelantó adaptando otra obra de Miller. SIN CITY fue llevada tal como la creo Miller, y 300 ha sido llevada de igual forma. ¿Qué quiero decir? Pues que ambas adaptaciones han sido “fieles” a las novelas, siendo bastante fácil cuando la misma historieta sirve de guion gráfico o storyboard.
Ahora bien, no por ello hay que quitarle mérito al trabajo. A esas viñetas hay que darle vida. A 300, a diferencia de SIN CITY, se le han añadido nuevos pasajes para reforzar la historia, y algunos personajes (el más llamativo, la esposa de Leónidas). Gracias a esto, podemos saber por qué sólo fueron 300 y no todo un ejército de espartanos, algo que en la novela grafica no se profundiza, y sí lo hacía “El León de Esparta”, película que inspiro a Miller para su trabajo. Tampoco estas incorporaciones o ideas para ayudar a la adaptación han sido muy buenas, ese verdugo persa de cuyos brazos salen esas protuberancias en forma de sierra, una secuencia que no nos tramite toda la fuerza que debiera, y es por ese engendro que nos descentra de lo que realmente es importante de dicha escena. O ese gigante persa que lucha con Leónidas, una criatura exagerada, reconozco que queda “chulo” en pantalla, pero tengo que decir que no aporta gran cosa, por no decir nada. Es lo que pasa con el género fantástico, que se te puede ir de las manos.

Aún así, el trabajo de Snyder es de aprobado y eso que aún no he dicho el gran “pero” que tiene la peli. 300 es puro espectáculo, es un vehículo sin frenos y en cada secuencia se acelera más y más. Snyder ha montado una montaña rusa, los looping son frenéticos y las alturas que alcanza son de vértigos. Y con esta premisa hay que ver 300, sin olvidar la base pulp de la que proviene. Los diálogos, por ejemplo, son calcados de la novela, diálogos algo macarras, pero que quedan bien en dicha producción, y que les vendrían como anillo al dedo a John McClane. El toque digital puede ser discutible, pero su función no sólo es reforzar la historia, sino mantener la base de la que proviene.

Y ahora el “pero”: el gran problema de 300 es que es fría, no llegamos a conectar con los personajes, no nos conmovemos con las cosas que están pasando, salimos del cine indiferente, y esto sí es un problema. Mi explicación a ello (habrá muchas pero esta es la mía) es que el toque digital provoca la falta de realismo, y no me refiero al realismo físico, las decapitaciones son de lo más realista que he visto en una pantalla, me refiero a la textura, a la atmosfera, a la fotografía en sí. También el elemento fantástico ha ayudado a conseguir esa desconexión. Es la única pega fuerte que le veo, pero Snyder está empezando como quien dice, es su segunda producción, y mira lo que dijo Spielberg cuando hizo “La lista de Schindler” –Ya sé entretener, ahora estoy aprendiendo a conmover. Y es lo que tiene que hacer Snyder.

Pero bueno, Hollywood ha encontrado un nuevo visionario en la industria, y mientras siga haciendo trabajos como su opera prima “Amanecer de los muertos” y este “300”, tendremos Snyder para rato.

Otro factor destacable son los actores. Por lo pronto ninguno destaca por su nombre, pero estos desconocidos hacen un papel muy correcto y dándole vida a unos personajes insípidos. Los espartanos sólo viven para combatir, y buscan su mejor muerte (panda de lunáticos) y eso lo deja muy claro la novela grafica, la peli y nos lo graba en la cabeza Leónidas, interpretado por Gerard Butler, que hizo pinitos en “El mañana nunca muere”, en la secuela de Tomb Raider, y más recientemente en “El fantasma de la opera”. La elección de Butler me parece genial, no veo a otro actor en dicho papel (y mira que hay). La muy correcta Lena Headey, haciendo de esposa de Leónidas, vista en “La caverna maldita”. Y Xerxes, interpretado por Rodrigo Santoro, que simplemente brinda su imagen al conjunto, no es destacable por su interpretación, ya que no tiene, pero si aporta el efecto obtenido en la novela (El poder, reflejado por su altura. Santoro mide 1.90) lo hemos visto en “Love Actually” y en la serie “Perdidos”. El más fácil de reconocer es David Wenham, interpreta a Dilios, el encargado de seguir contando las hazañas de su pueblo, y así motivar a futuras generaciones. A David se le reconoce fácilmente porque fue el hermano de Boromir en “El señor de los anillos”, e hizo también un papel en “Van Helsing”. El resto de los actores son esteroides y anabolizantes por un tubo, las mujeres lo fliparéis con ello.

Y poco más, 300 no es “Gladiator”, tampoco lo busca, y es ahí su acierto, una película que se sale de las pautas establecidas por Hollywood, una peli de la generación Mtv, salida del mundo de los videojuegos, una peli que no hará mucha gracia a mayores, pero que un público juvenil, adictos a videoclips y consolas, agradecerán. Los tiempos cambian, y hay nuevas formas de contar historias, y 300 es una de ellas. Ahora nos podemos imaginar lo que hubiera hecho Paul Verhoeven con su idea de las cruzadas, pero desde luego siempre nos quedaremos con la duda, de lo que hubiera hecho Paul Greengrass con este proyecto.