El ejército de Persia, una fuerza tan imponente que la tierra tiembla a su paso, se dispone a aplastar Grecia, una isla de razón y libertad en un mar de barbarie y tiranía.
Entre Grecia y esta oleada de destrucción se interpone un pequeño grupo de trescientos guerreros.
Pero esos guerreros son más que hombres… Son ESPARTANOS.
El director Zack Snyder ha llevado esta epopeya al campo cinematográfico. El resultado ha sido aprobado por la gran mayoría de los espectadores, en el cual me incluyo. Aunque no es una proeza lo que ha hecho, ya que Rodríguez se le adelantó adaptando otra obra de Miller. SIN CITY fue llevada tal como la creo Miller, y 300 ha sido llevada de igual forma. ¿Qué quiero decir? Pues que ambas adaptaciones han sido “fieles” a las novelas, siendo bastante fácil cuando la misma historieta sirve de guion gráfico o storyboard.
Aún así, el trabajo de Snyder es de aprobado y eso que aún no he dicho el gran “pero” que tiene la peli. 300 es puro espectáculo, es un vehículo sin frenos y en cada secuencia se acelera más y más. Snyder ha montado una montaña rusa, los looping son frenéticos y las alturas que alcanza son de vértigos. Y con esta premisa hay que ver 300, sin olvidar la base pulp de la que proviene. Los diálogos, por ejemplo, son calcados de la novela, diálogos algo macarras, pero que quedan bien en dicha producción, y que les vendrían como anillo al dedo a John McClane. El toque digital puede ser discutible, pero su función no sólo es reforzar la historia, sino mantener la base de la que proviene.
Y ahora el “pero”: el gran problema de 300 es que es fría, no llegamos a conectar con los personajes, no nos conmovemos con las cosas que están pasando, salimos del cine indiferente, y esto sí es un problema. Mi explicación a ello (habrá muchas pero esta es la mía) es que el toque digital provoca la falta de realismo, y no me refiero al realismo físico, las decapitaciones son de lo más realista que he visto en una pantalla, me refiero a la textura, a la atmosfera, a la fotografía en sí. También el elemento fantástico ha ayudado a conseguir esa desconexión. Es la única pega fuerte que le veo, pero Snyder está empezando como quien dice, es su segunda producción, y mira lo que dijo Spielberg cuando hizo “La lista de Schindler” –Ya sé entretener, ahora estoy aprendiendo a conmover. Y es lo que tiene que hacer Snyder.
Pero bueno, Hollywood ha encontrado un nuevo visionario en la industria, y mientras siga haciendo trabajos como su opera prima “Amanecer de los muertos” y este “300”, tendremos Snyder para rato.
Otro factor destacable son los actores. Por lo pronto ninguno destaca por su nombre, pero estos desconocidos hacen un papel muy correcto y dándole vida a unos personajes insípidos. Los espartanos sólo viven para combatir, y buscan su mejor muerte (panda de lunáticos) y eso lo deja muy claro la novela grafica, la peli y nos lo graba en la cabeza Leónidas, interpretado por Gerard Butler, que hizo pinitos en “El mañana nunca muere”, en la secuela de Tomb Raider, y más recientemente en “El fantasma de la opera”. La elección de Butler me parece genial, no veo a otro actor en dicho papel (y mira que hay). La muy correcta Lena Headey, haciendo de esposa de Leónidas, vista en “La caverna maldita”. Y Xerxes, interpretado por Rodrigo Santoro, que simplemente brinda su imagen al conjunto, no es destacable por su interpretación, ya que no tiene, pero si aporta el efecto obtenido en la novela (El poder, reflejado por su altura. Santoro mide 1.90) lo hemos visto en “Love Actually” y en la serie “Perdidos”. El más fácil de reconocer es David Wenham, interpreta a Dilios, el encargado de seguir contando las hazañas de su pueblo, y así motivar a futuras generaciones. A David se le reconoce fácilmente porque fue el hermano de Boromir en “El señor de los anillos”, e hizo también un papel en “Van Helsing”. El resto de los actores son esteroides y anabolizantes por un tubo, las mujeres lo fliparéis con ello.
Y poco más, 300 no es “Gladiator”, tampoco lo busca, y es ahí su acierto, una película que se sale de las pautas establecidas por Hollywood, una peli de la generación Mtv, salida del mundo de los videojuegos, una peli que no hará mucha gracia a mayores, pero que un público juvenil, adictos a videoclips y consolas, agradecerán. Los tiempos cambian, y hay nuevas formas de contar historias, y 300 es una de ellas. Ahora nos podemos imaginar lo que hubiera hecho Paul Verhoeven con su idea de las cruzadas, pero desde luego siempre nos quedaremos con la duda, de lo que hubiera hecho Paul Greengrass con este proyecto.
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