
Cuando muchos escuchamos que una película de “Transfomers” se estaba preparando en Hollywood, fuimos muchos los que nos sorprendimos, pero claro, viendo como avanzan los efectos, era de esperar que adaptaran los famosos juguetes que dieron pasos al comic y luego el salto a la pantalla. Nos volveríamos a sorprender viendo que tras el proyecto estaba Steven Spielberg, y que en la dirección estaría Michael “Mano Nerviosa” Bay. De esa primera parte no hace falta que hablemos hoy, recaudo tela de pasta, fue una peli muy entretenida y que tanto técnicamente como visual fue impresionante.
En esta segunda parte la cosa no se aleja de aquella, el tito Spielberg ha soltado 50 millones más de lo que costó la primera (150 millones de dólares), y con Bay otra vez en la dirección y con más pasta, díganme que se puede esperar. El guión (¿acaso creéis que esto puede tener un guión?) es de vergüenza, aparte de que se alarga a lo interminable, tiene pasajes que sobran completamente y que encima hacen que decaiga el ritmo, además de incluir momentos de impacto que no sirven para nada (ejemplo de ello es ese cañón que tiene la marina con el cual destruyen al Devastator, y los muy tontos no lo vuelven a utilizar contra otros robots). Hablar sobre el guión es como discutir si la Tierra es plana hoy en día. Así que si obviamos las partes artísticas que se vinculan al séptimo arte, hablaremos de un producto veraniego, sin pretensiones alguna y que como objetivo es solo recaudar pasta (esto último lo sabe hasta el más tonto de los tontos). Podría llegar a entender que el trabajo de Roberto Orci y Alex Kurtzman haya pasado factura por las prisas para que no les pillara la huelga de guionistas (se ha dicho que terminaron el guión días antes de la huelga), pero no puedo la verdad, que estos sean los guionistas con mayor futuro de la industria gracias a la serie “Perdidos” o a la nueva entrega de “Star Trek”, deja mucho que desear viendo éste trabajo, y encima sale Bay diciendo “por supuesto que no hemos dejado de lado el guión, hemos trabajado para tener una buena historia y que los efectos la refuercen”, me quedo sin comentarios y después me parto de risa.
Viendo la filmografía de Bay, uno se pregunta si a éste le gusta el cine o lo quiere destruir, personalmente, el cine de Bay me mola por el puro espectáculo que ofrece, eso creo que es indudable, pero que se aleja al estilo que tienen grandes realizadores como John McTiernan o Richar Donner, que marcaron como debería de ser el cine de acción, esto también es indudable. A estas alturas de la vida, Bay esta encasillado en su cine, siempre ha dicho que quería hacer una película de bajo presupuesto e intimista, esto no se lo cree ni Dios, y para una vez que puede hacer una peli interesante con una buena historia como fue “Pearl Harbor” se le va de las manos, y su Titanic quedo en tierra de nadie.
En “Transformers: La venganza de los caídos” a Bay se le nota más suelto, se nota también que disfruta más en lo que hace, esos guiños que homenajean a los “Gremlins”, a su propio cine (ver el plano donde se destruye una torre en París, es calcado al de la torre Chrysler en Armaggedon), donde se incuban los transformers que recuerdan como las maquinas de “Matrix” incuban a los humanos. Y como incluye un sin fin de chistes que hacen que nadie se tome en serio lo que están haciendo (hasta se cachondean con un robot anciano, que utiliza bastón y se tira algún viento metafóricamente), y es lo que deberíamos hacer si vamos a verla.
Hablar de los actores es también perder el tiempo, el único que se puede decir que contagia con su actuación es John Turturro, un grandísimo actor que está en horas bajas haciendo papeles que no le aportan nada a su carrera, pero bueno, ya sabéis, “todos tenemos esa mala costumbre de comer tres veces al día”. Megan Fox e Isabel Lucas son las chicas floreros y que solo sirven para incrementar la testosterona al público masculino. Lo curioso de todo esto es que, los robots ponen mejores caras a lo que sienten, que los propios actores.

